diez de febrero
Amonestados
por el recuerdo reciente de mi
madre
y los adustos gestos en las fotografías de
tan notables parientes
lejanos, mirándonos de cerca,
es que nos hemos puesto a caminar
del brazo con mi padre
por entre tumbas,
en esta tensa paz que nos regala
el cementerio.
Del polvo son los mármoles,
los inexistentes nombres, las inscripciones
en las lápidas,
tanta historia vana
que el tiempo se empeñará en borrar
o, en otras palabras más fugaces
el presente escribirá, violento.
Del polvo es también
toda emoción
y todo pensamiento,
si al fin y al cabo
ha sido sólo un primer paseo
del brazo de mi padre
por la lenta claridad,
el instante,
la zozobra,
el calmo horror
de vidas y vidas observándonos,
mi padre y yo juntos, del brazo,
atravesando la serena desesperación
que nos ha regalado el cementerio.
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