si

si lo que soñás tiene que ver
con las cosas que planeás
para hacer cuando despiertes,
si las voces que escuchás abajo, en la vereda
y te están pidiendo ayuda
son de alguien que nos hizo mucho daño,
si podés sentir vibrar
dentro de vos la música y la letra
que te enseñé cuando nos vimos,
si ya no es tan difícil para vos
sentir que estamos cerca
aunque cientos de kilómetros después
recién podamos vernos,
si ríe la mañana, toda entera para vos
cuando aparece mi recuerdo en tu memoria,
si las huellas de mi cuerpo ahí, en el tuyo
no han dejado dulcemente de doler, de ser visibles,
si guardaste en un cajón
esas cosas que dijimos para herirnos,
si sólo para vos son increiblemente hermosos
los atardeceres en invierno,
cuando nadie camina por tu calle
pisando sin querer las hojas muertas
de un amor que se ha olvidado,
si todos los colores que te gustan
se aparecen en la tele y en la radio,
si todas las canciones que cantábamos
vienen en un disco de regalo
con el diario de mañana,
si todo vuelve a ser como era antes,
si todo vuelve a tomar forma entre nosotros,
ahí estoy yo.

habláme, por favor,
lleváme de la mano
que (no lo creerías!)
olvidé cruzar la calle
y olvidé cuál era el número de casa;
que te estuve esperando todo el tiempo
y que todo lo demás,
todo aquello que en teoría me importaba
ya nunca más tuvo valor,
pasó a ser una parte de la nada
desde que yo te conocí,
desde que yo te pude ver,
desde el momento mismo
en que nosotros dos nos encontramos
y nos fuimos riendo como niños
a buscar la madrugada.